Con el deseo de ofrecer una educación sistemática en valores humanos y evangélicos, procuramos acompañar a nuestros alumnos en su proceso de maduración en la fe, más allá del tiempo que permanecen en nuestro centro, para ser capaces de asumir pequeños compromisos reales. Esto, lo llevamos a cabo a través de la enseñanza religiosa interdisciplinar, campañas y grupos de J.M.V. (Juventudes Marianas Vicencianas).
OBJETIVO:
Educar en la dimensión personal y social del respeto, para relacionarnos con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el entorno.
Este objetivo se va a trabajar desde cuatro perspectivas:
- Reconocer y respetar la propia dignidad como ser único e irrepetible.
- Descubrir que para relacionarnos con Dios es necesario cuidar: la actitud, el espacio y los gestos.
- Situarnos frente a los demás desde el diálogo a tolerancia, manteniendo relaciones de respeto.
- Desarrollar una conciencia ecológica que fomente actitudes de cuidado y responsabilidad cara nuestro entorno.
Hay siete líneas para poner en práctica estos objetivos, nos centraremos en la línea Pastoral que tiene como objetivo acompañar el despertar de la dimensión espiritual y religiosa ayudando a descubrir la oración como encuentro.
* Ofertando actividades pastorales sistemáticas y ocasionales que promuevan opciones de compromiso, campañas, fiestas, acontecimientos, tiempos litúrgicos, etc.
* Tal y como dijimos en la memoria del curso pasado trataremos de mejorar la formación cristiana de los alumnos a través de la catequesis y celebraciones de los Sacramentos, especialmente Penitencia y Eucaristía. Fomentando la participación activa y una adecuada catequesis sobre las distintas partes y la simbología de la Eucaristía.
* Profundización en temas formativos y realización de actividades específicas según el carácter propio.
* Trataremos de fomentar la sensibilización misionera, provocando respuestas de respeto: Campañas misioneras, semana de Vocación Misión, familia GESTO.
* Vivir la fe en grupos pequeños X.M.V., profundizando la catequesis de cada etapa, así como la oración y la experiencia. Haciendo hincapié sobre todo: en la Cuaresma y en la Semana Santa.
* Potenciar la reflexión de la mañana como elemento evangelizador.