Las raíces de las Juventudes Marianas Vicencianas se sitúan en el año 1830, la noche del 18 al 19 de julio, en el mensaje de la primera aparición de la Virgen a Santa Catalina Labouré.

        La aprobación inicial del papa Pío IX, en 1847, fue ampliada sucesivamente para que la asociación pudiera ser creada en todas las diócesis del mundo.

JMV es un proyecto cristiano, con el carisma vicenciano, que busca “que los jóvenes lleguen a la maduración integral de la fe, buscando que puedan alcanzar, desde la formación, la celebración y el servicio, la conversión que los signifique en el mundo como testigos de Jesús de Nazaret, el Evangelizador de los pobres” (Proyecto JMV).

A través del mundo. 

        La realidad internacional de las JMV es de una riqueza extraordinaria, en su diversidad cultural, en su participación en la nueva evangelización, en su compromiso al lado de los pobres y con los pobres.

        Los jóvenes que llegan a JMV viven inmersos en la sociedad posmoderna actual, por tanto asumen sus características: pragmatismo, consumismo, aconfesionalidad, mentalidad científicio-técnica... Pero también tiene lo positivo de los valores de la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, el riesgo, la religiosidad...

        JMV está presente en los cinco continentes: en ciertos países vive expansión, en otros está surgiendo. El número aproximado de miembros es de unos doscientos mil jóvenes.

       En el movimiento hay desde niños, a partir de los cinco años, hasta jóvenes adultos, universitarios y trabajadores. En España se sigue el Proceso a través de diferentes etapas: Infantiles, Juveniles, Jóvenes, Adultos y F.M.V. (Familias Marianas Vicencianas). 

Valores distintivos 

        Los miembros de las Juventudes Marianas Vicencianas se esfuerzan por asumir los valores propios de:

* Espíritu de colaboración: cultivar el valor de las pequeñas aportaciones, colaborando con humildad en la búsqueda del bien común.

* Búsqueda de la voluntad de Dios: aceptar las mediaciones comunitarias para discernir las opciones a realizar, superando protagonismos adolescentes.

* Sensibilidad hacia las pobrezas: implicar los bienes y cualidades personales en la obtención integral a los más débiles de la sociedad, sin dejarse dominar por el consumismo y la publicidad.

* Transparencia: vivir honestamente la maduración afectivo-sexual, integrando con gozo la castidad y la fidelidad, sin ceder al espíritu hedonista que nos rodea.

    JMV es consciente de “su ser misionero”. Tiene bien claras y asimiladas sus cuatro notas: eclesial, misionera, mariana y vicenciana. La nota misionera tiene un fuerte y atractivo contenido para los jóvenes de hoy. Todos los años, un grupo de jóvenes son enviados a misiones durante los meses del verano, y otros son enviados para formar comunidades durante dos años, cinco...

      Honduras: Hay cuatro jóvenes llevando los proyectos “Ayúdame a vivir” (cuidados sanitarios de niños menores de dos años, en las zonas deprimidas de S. Pedro Sula), “Amigos para siempre” (niños de la calle de S. Pedro Sula), “Puerta abierta” (enfermos de sida, consulta médica, talleres ocupacionales, atención de los enfermos en la cárcel...).

        Bolivia: Hay tres jóvenes llevando el “Proyecto amanecer” (atención a niños de la calle de Cochabamba).
Cuba: “Proyecto Anciano-niño” (ayuda en la alimentación permanente de los ancianos de La Habana y material catequético para un niño).

        Mozambique-Nacala: Hay una comunidad reciente de tres jóvenes llevando el “Proyecto estudio” (ayudar a la promoción de jóvenes estudiantes en la enseñanza media y universitaria mediante becas de estudio). 

La Consagración Mariana en las Juventudes Marianas Vicencianas ha sido siempre:

* Signo de pertenencia
* Compromiso de entrega
* Manifestación de disponibilidad en la Iglesia para el servicio de los pobres.

Contacto
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Colegio La Purísima
C/ Santo Domingo 32,
32003 Ourense
Email: lapurisimao@planalfa.es

TLF: 988 22 15 41
Fax: 988 24 63 28